El Vaticano ahora utiliza la misma tecnología de inteligencia artificial que las grandes empresas, para proteger su biblioteca digitalizada. Al igual que otras áreas estratégicas de cualquier gobierno, tiene que protegerse de ataques como el ransomware; que impide el acceso al sistema o archivos personales y exige el pago de un rescate para poder acceder de nuevo a ellos. Colaboración de Javier Murillo para El Financiero.