Stakeholders, el comportamiento nos distingue como la especie más inteligente
Para entender qué son los stakeholders debemos hablar sobre el comportamiento. El comportamiento nos distingue del resto de seres vivos, animales y plantas, por la forma en cómo solucionamos los problemas que se nos van presentando en el curso de nuestra vida.
En la última década las lecciones que el mundo postdigital, la economía digital y las redes sociales han dejado a la humanidad, confirman los postulados de pensadores, filósofos y economistas. Quienes han explicado que las interacciones humanas en su conjunto forman parte de un ecosistema de comunicación, intercambio y transferencia de valor único en su tipo.
Los seres humanos, a través del sentido común y nuestras acciones individuales, contribuimos al avance de la sociedad. Hacemos de nuestra especie el grupo de seres vivos más inteligente y poderoso del planeta. En otras palabras, este comportamiento es el interés propio que se procura y persigue a partir de la toma de decisiones, la capacidad de innovación y la capacidad de predecir o anticiparse a los resultados.
Los stakeholders son entes con características distintivas que guarda una relación basada en intereses o que pueden ser impactados por los acciones de una organización. Puede ser de manera general o parcial. El triunfo o el fracaso de un grupo puede afectar a los individuos que lo rodean.
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A partir de nuestras acciones individuales desarrollamos un entramado de acciones colectivas que producen información. Que en su acumulado forma parte de una sabiduría de las masas. Lo anterior, sobre el principio de que un grupo de personas es más inteligente que el más inteligente de sus miembros.
Por lo tanto, el éxito o fracaso de un grupo u organización no se determina por la visión individual de los integrantes con mayor posición e influencia sino por la capacidad de procesar y analizar los fragmentos de información que genera cada uno de sus integrantes; que en su conjunto aportan a éste y que en consecuencia lo hacen más inteligente.
De allí que resulta crítico para todas las organizaciones comenzar a verse a sí mismas como un entramado de personas que tienen intereses, capacidad de influencia, motivaciones, relaciones, características y comportamientos que, al menos, deberían de empezar a ser analizados y clasificados.